¿Y qué pasa con las mujeres ex trabajadoras de Matas
de Costa Rica?
Antonieta Villalobos
Secretaria de la
Mujer
Central General de
Trabajadores
El 30 de enero, como miembro de la Junta Directiva de la
CGT, visité la zona de Milano de Pocora de Limón y mantuve una reunión con las
ex trabajadoras de la Empresa Matas de Costa Rica. Los testimonios de las
violaciones a sus derechos laborales más fundamentales son impactantes. El
empleo de personas menores de edad, el despido de mujeres embarazadas, el robo
por parte de la empresa de las cuotas para la CCSS que le eran rebajadas a las
trabajadoras, el acoso sexual, el no pago de horas extras, aguinaldo o
vacaciones, era una práctica común de esta empresa y de sus “mandamases” en
contra de las mujeres que laboraban allí.
“Ahí echamos los
dientes y ahí los botamos y nunca nos pagaron ni un cinco cuando nos
despedían”… “nos pagaban un sueldo de hambre, pero ese era el único lugar en
donde podíamos trabajar, eso cuando nos pagaban porque la mayoría del tiempo
nos quedaban debiendo parte del salario”. Frases como estas llenaron el salón
en donde nos reunimos con alrededor de 40 mujeres que tenían un factor en
común: la explotación por parte de esta empresa, la cual se valió de su
condición de vulnerabilidad, por ser pobres, por ser mujeres. “Aquí a muchas para que las contrataran
primero tenían que bajarse los calzoncitos”, expresó una de las compañeras
presentes, frase que fue respaldada por las otras compañeras, con rabia y
sonrojo.
Este trato por parte de la empresa que tiene mucho de
explotación y casi nada de empleo, no es de extrañar porque es un secreto a
voces en la zona. Lo que si causa asombro (y más que asombro, repudio), son las
acciones de los representantes del gobierno, que reprimen, desalojan, persiguen
y maltratan a un grupo de 160 familias, muchas de ellas jefeadas por mujeres,
que reclaman recibir el pago por sus extremos laborales. La empresa le adeuda a
estas familias aproximadamente 4.000 millones de colones. A cambio de este justo reclamo, mujeres como
Jeannette Ledezma, quien se encuentra embarazada, fue detenida en dos ocasiones
(la última vez por un período de 30 horas) en un calabozo insalubre y sin
recibir agua ni alimento por parte de la policía.
Actualmente, estas mujeres no tienen ninguna fuente de
empleo, ya que esta empresa era la única que contrataba mujeres en la zona. Las
parejas de estas mujeres (de las que la tienen), también se encuentran
desempleados; ya que las otras empresas de la zona, al enterarse que sus
compañeras “andan de alboroteras”, los han despedido. La situación de estas
familias es crítica pues no tienen ni para satisfacer las necesidades más
básicas de alimentación y a pesar de que han solicitado ser sujetos de
asistencia por parte del IMAS, solo han obtenido un silencio cómplice como
respuesta.
Desde la CGT hacemos un llamado a las organizaciones de
mujeres, a las que velan por los derechos humanos, a escuchar las voces de
estas compañeras, silenciadas no solo por la pobreza y la explotación laboral,
sino también por el sistema patriarcal. Asimismo, le exigimos al Ministerio de
Trabajo que intervenga para evitar que se continúe perpetuando esta situación
de injusticia que tiene ya demasiados años de impunidad.
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