Lunes de luna
Nada es para siempre
Franklin Benavides Flores
SECRETARIO DE PRENSA Y PROPAGANDA
CENTRAL GENERAL TRABAJADORES
A propósito del primer aniversario de la actual Administración
Serie: “El que tenga ojos, que vea”.
Franco Benavides
Ya estamos al borde de cumplir un año al mando de otra Administración. ¡Qué hace que don Chico ocupaba el puesto de Ministro! (casi sin ejercerlo, por cierto). Todavía escuchamos el balbuceo enojado de don Fernando Trejos y no se ha disipado aún la imagen de las largas filas de nicaragüenses que fueron atracados con la “tarjeta” de Farid Ayales (único Ministro de Trabajo que ha sido “privado de libertad”).
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El tiempo pasa. Viene un aguinaldo tras otro; nos pagan un salario escolar, lo gastamos y ya estamos recibiendo el otro, para volverlo a gastar (los antiguos medían el transcurso del tiempo contando las lunas llenas; nosotros, en cambio, decimos: “Han pasado 10 aguinaldos desde que fulanito se jubiló”; “En el décimo primer salario escolar fuimos tan felices...”).
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Parafraseando a Neruda: “Es tan corto el Gobierno y es tan largo el olvido”.
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El tiempo pasa; corre como los ríos, sin detenerse. Pero…, el agua de los ríos va al mar, ¿y el tiempo..., a dónde va? ¿Cuándo una administración pasa, qué queda? ¿Las obras, los yerros, los malos recuerdos? ¿Los mismos funcionarios de planta con sus mismas virtudes y sus incorregibles defectos? ¿Una foto en la Sala de Exministros?
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Cuatro años no es nada (aunque el tiempo se contrae o se dilata según se sienta uno en el cielo o en el infierno). Faltan tres aguinaldos. ¡Hagamos la cuenta que en un cerrar y abrir de ojos los habremos gastado!
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