SIN LIBERTAD SINDICAL, LOS DERECHOS LABORALES SON LETRA MUERTA
Carlos José Cabezas Mora
Secretario General
Central General de las y
los Trabajadores (CGT)
En la década de los cuarenta, con
la bandera de lucha por el Código de Trabajo y las Garantías Sociales y la pelea
en las calles de las y los trabajadores, reprimidos por la policía y luego
enfrentados con las armas al ejército golpista, encabezado por José Figueres
Ferrer, se obtuvo el derecho a la huelga y a las convenciones colectivas,
cesantía, vacaciones pagadas, tribunales de trabajo, seguridad social y
ocupacional, multas, la inspección laboral, entre otros.
Con los años los patronos han
agrietado la mayor parte de esos derechos, buscando portillos jurídicos y con
la más descara actitud de evadir las leyes laborales. Los tribunales han hecho
su parte para que casi no se den huelgas legales y los procesos duren hasta una
década, convirtiendo las normas laborales en leyes de segunda categoría.
Tanto el Ministerio de Trabajo
como los tribunales han sido durante estos setenta años totalmente
insuficientes para proteger al sindicalismo de la empresa privada, actuando
como cómplices de su destrucción, promovida por los patronos, primero de la
mano del movimiento solidarista y luego con los comités permanentes, cuando a
esos primeros se les prohibió el arreglo directo.
En síntesis, hemos apreciado como
todos los gobiernos y empresarios han atacado con saña al movimiento sindical,
con el fin de desaparecernos de la “democracia” costarricense, como si fuésemos
un tumor maligno.
Calificar la reforma procesal
laboral como el “mayor logro desde la reforma social” cuando se dejan intacta los mecanismos y la
estrategia enemiga de desaparecer a los sindicatos, es un disparate, máxime si
añadimos que en este preciso momento se “cocina” en la Asamblea Legislativa el
famoso anteproyecto de ordenamientos de los devengados en el sector público.
Semejante disparate nos recuerda a
cierto dirigente sindical que en su momento también calificó de mayor conquista social la infame Ley de Protección
al Trabajador, que lo que generó fue un gran negocio para el sector financiero
al manejar las pensiones, sin importarle que esos dineros hubiesen servido más
en la Caja Costarricense del Seguro Social.
La Central General de Trabajadores
rechazó el camino de ponerle parches a la ley procesal laboral por considerarla completamente
insuficiente para la libertad sindical entre otros aspectos, tema que otras
centrales han planteado en el ámbito de la OIT. Con la aprobación de esta ley
se encubre en realidad la violenta represión y persecución sindical que campea
en el sector privado, y que ha quedado impune con esta ley, y les aseguramos
que no habrá manera de convencer en el foro de la OIT de que en Costa Rica se
violan tan elementales derechos, con lo que se le hace al favor al Gobierno.
Eses es el verdadero propósito con la aprobación de esta ley.
Ahora podremos decir con certeza
que el país tiene la gran capacidad de generar leyes en apariencia “positivas”,
pero que de poco o nada sirven, si se mantienen intactos los comités permanentes
y arreglos directos, arma antisindical privilegiada usada por los patrones para
liquidar el derecho a la organización sindical.
La CGT no se suma al coro de
quienes han presentado esta reforma como un logro social histórico, la CGT no
se presta a semejante engaño, al que lamentablemente se han prestado algunos
dirigentes sindicales, reconocidos por su colaboracionismo. La CGT denuncia claramente
la farsa de esta reforma procesal laboral y llama a reconquistar con la lucha
el derecho a la libertad y organización sindical, que tan urgentemente se
requiere en las plantaciones agrícolas, en las fábricas y en general, en el
sector privado.
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