martes, 24 de enero de 2012

SE ESTÁ CERRANDO EL CERCO CONTRA LA CLASE TRABAJADORA Y SUS ORGANIZACIONES

Carlos José Cabezas Mora
Secretario General
Central General de Trabajadores

Muchos miran con una inocencia admirable el mundo de la política, creen sinceramente en las teorías de la separación e independencia de poderes, el cumplimiento de normas y leyes por igual para todos, confían en que los pactos estatales nunca serán violados y que el gobierno de turno dirige su gestión independientemente de posiciones ideológicas e influencias de los sectores poderosos, una especie de “neutralidad perpetua”.

Pero la realidad es terca… decían los abuelos.  Desde el movimiento sindical se aprecia como las piezas individuales del rompecabezas poco a poco van formando, una trama donde poco a poco los hilos se mueven y algunos solo pueden ver la obra de los títeres.

Para nadie es un secreto que el movimiento sindical donde tiene presencia es en el sector estatal, pues es perseguido y aniquilado en la mayoría de empresas privadas en donde se ha intentado crearlo. Todo esto ocurre ante los ojos de las autoridades públicas que juraron cumplir con las leyes que dan derecho a la libre organización sindical. Pues bien, las herramientas fundamentales del movimiento sindical son la negociación colectiva que se concreta con el Convenio Colectivo de Trabajo y la huelga, un sindicato que no posea estas herramientas es como un banco con dos patas, no puede cumplir con su objetivo fundamental.

El movimiento sindical estatal es numeroso en sectores como educación (donde está el más grande sindicato del país), en la  Caja Costarricense del Seguro Social  y en algunas pocas instituciones autónomas, el resto son pequeños grupos de afiliados que puede que sumados sean un número importante pero aislados son de poca o nula influencia.

La verdadera fuerza del sindicato no radica solamente en tener gran cantidad de afiliados, esto permitirá quizá tener buenos ingresos, pero aún así, la práctica nos ha demostrado que serán organizaciones débiles si no utilizan los recursos de la organización para mantener a las y los afiliados informados y bien organizados, si no utilizan los recursos en la educación sindical de las y los afiliados. Nuestra fuerza radica en la capacidad de movilizar a los trabajadores, somos fuertes cuando los y las compañeras comparten nuestras tesis y nos acompañan en las acciones que se planean. Al juntar todos los elementos, si logramos mantener bien engrasadas las bisagras de nuestras organizaciones, no habrá gobierno capaz de detener la fuerza de las organizaciones de las y los trabajadores.

La gente rica y poderosa está interesada en que las organizaciones sindicales funcionen mal, o no funcionen del todo, por eso utilizan estrategias diversas para entorpecer, dificultar o evitar nuestro trabajo como organizaciones que defienden los derechos de las y los trabajadores. Lo primero que han hecho es promover el desprestigio del movimiento sindical, difundiendo infinidad de variopintos prejuicios, así los compañeros y compañeras nos ven como una especie de privilegiados, aprovechadores. El segundo golpe que le han asestado al movimiento sindical ha sido disminuir nuestra influencia en los posibles cambios de las condiciones de vida en los centros de trabajo: cada vez logramos menos pues los representantes patronales hacen todo lo posible, mediante las más ingeniosas matráfulas para no cumplir con los acuerdos pactados con el movimiento sindical, o simplemente nos ignoran. Y el ordenamiento institucional está diseñado para que existan posibilidades crecientes para ignorar a los sindicatos: recurrimos al Ministerio de Trabajo y su efectividad también es cada vez más pobre, vamos a los tribunales y en lo laboral los procesos duran hasta una década, a diferencia de los asuntos comerciales que se resuelven en meses y si recurrimos a la huelga no dejan de sancionar a los que nos atrevimos a participar, más si esta fue débil. El sistema está montado para que no se resuelva nada, para dejar demostrado, en la práctica que lo sindical no funciona.

Recientemente se ratificó que el derecho constitucional de la huelga no puede aplicarse en sectores como la salud, donde hay un importante bastión sindical, vimos como el Gobierno en Limón intentó aplastar a un sindicato, implicó la participación de todos los ministerios, incluida la policía y el Ministerio de Trabajo para perseguir y expulsar a la legítima Junta Directiva de SINTRAJAP, imponiéndola por encima de los Estatutos y de la lógica jurídica en la que muchos todavía creen.

La lucha salarial es tema fundamental del sindicato, por eso el Gobierno ha enterrado la Comisión Negociadora de Salarios del Sector Público; para continuar con su intento de  demostrar que el sindicalismo no sirve, ha impuesto los reajustes salariales vía decreto. Incluso la reciente “negociación” incumple un acuerdo con el Gobierno de que cada semestre se pagará el aumento salarial conforme la inflación.

Pero la actividad sindical sí funciona y sí tiene efectos, como ha quedado demostrado en múltiples ejemplos históricos. Sin embargó, si los y las trabajadoras continúan con la actitud de “vayan ustedes y pelen por nosotros”  podemos asegurarles que la lucha no resultará exitosa. En estado de debilidad no solo sufrirán nuestros salarios, también es una oportunidad de oro para eliminar la seguridad social y sus instituciones, haciéndolas un mejor negocio para los políticos empresarios del sector privado.

Si deseamos cambiar el “destino manifestó” de esta pelea la actitud de los y las trabajadoras debe ser también muy diferente, pensar como manada que es amenazada por el depredador, uniéndose, fortaleciéndose y protegiendo a sus miembros, para que no haya “débiles” como presas fáciles, el límite de nuestro alcance está dado por los límites que nos ponemos como individuos y como colectivos.


Si usted no perdió la esperanza de que todo puede mejorar y si quiere un mejor presente y futuro rompa la barreras mentales, deje atrás sus miedos y busque la fortaleza de la unidad de la clase trabajadora, ¡solo luchando puede cambiar la vida!, solo con el compromiso de las y los trabajadores se puede fortalecer las organizaciones que luchan por sus derechos, los sindicatos, solo con el fortalecimiento de los sindicatos podremos enfrentar la ofensiva de la gente rica y poderosa de nuestro país que tienen como objetivo fundamental acabar con las organizaciones sindicales para explotar de forma más abusiva y descarada a la clase trabajadora. De nuevo ha llegado el momento de levantarnos y luchar por nuestros derechos. Aprovechemos esta oportunidad pues no hacerlo puede costarnos muy caro en el futuro cercano.

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