jueves, 28 de enero de 2010

MAS QUE UNA EXPERIENCIA DE UNIDAD EN LA ACCIÓN








Carlos José Cabezas Mora
SECRETARIO GENERAL
CENTRAL GENERAL DE TRABAJADORES



El Gobierno de Costa Rica anunció a la ciudadanía su decisión de concesionar los dos puertos estatales que están ubicados en la Provincia Limonense en el Mar Caribe, adornó esta acción como parte del necesario desarrollo de esa región, y el Presidente Oscar Arias Novel de la Paz, advirtió que no tenía miedo de enfrentarse “a quienes se oponen a la modernización” porque desde su enfoque no querían dejar sus cómodos privilegios.

Y aunque parezca extraño en nuestro país, el discurso oficial no considera privilegiados a los grandes empresarios nacionales y extranjeros que obtienen millonarias ganancias a costa de la explotación de sus trabajadores, no, se refieren a grupos de trabajadores que mediante la lucha han obtenido mayores derechos y mejores condiciones de vida.

Al igual que con el proceso de privatización del muelle de la otra costa –Puntarenas-, el Gobierno ofrece el proyecto de Ciudad Puerto, un iniciativa para construir canchas, edificios públicos, centros de salud etc. etc., pero la triste realidad fue que las promesas del primer gobierno de Arias no se cumplieron, solamente se indemnizo con unas migajas a los trabajadores, desapareció la convención colectiva y se aniquiló al sindicato, reprimiéndose al mejor estilo “costarricense”.

Ahora son los compañeros y compañeras del Sindicato de Trabajadores de la Junta para el Desarrollo de la Vertiente Atlántica (Sintrajap), conforme a su convención colectiva que deben discutir si aceptan el soborno del Gobierno de 137 millones de dólares a cambio de aprobar la concesión, discusión que se ha dado en dos asambleas y fue rechazada abrumadoramente. Sin embargo el Gobierno no cesa en sus planes de darle las ganancias del gigantesco negocio portuario, así la junto a la patronal y planeó y diseñó su estrategia, ubicado al sindicato como el principal objetivo.

La campaña incluye difamar la imagen de productividad del puerto calificándolo de uno de los puertos más ineficientes del mundo, descalificando a la “cúpula sindical" que "se niega a que se vote la concesión, dictadores por temor a la voluntad de la mayoría”, todas una sarta de mentiras, han recurrido a ofrecer modificar la Convención Colectiva para adicionar dos artículos, uno relativo a la concesión y otro a la pensión para aquellos que tengan 50 años de edad.

Pero como hasta el momento la dirección sindical no ha dado su brazo a torcer públicamente le declararon la guerra, ofreciendo a través de manos oscuras pagarle a cada directivo $800 mil, amenazas de muerte, difamar su imagen, sin ninguna avergüenza la Ministra de Transporte Carla González quien le declaró la guerra incluye la destrucción del sindicato y de la convención colectiva, el propio Presidente Arias llamó a los trabajadores a renunciar al sindicato a cambio del “bono”, ¿prácticas “muy democrática” verdad?

Pues la historia no queda ahí, como Sintrajap por disposición de los estatutos debe realizar una asamblea de medio periodo, la convocó para 8 de enero del presente año, dentro de la agenda estaba la discusión del tema de la concesión, pero para sorpresa todos el 7 de enero el Ministerio de Salud de prohibió realizarla, exigiendo el cumplimiento de 16 requerimientos, y presentar la solicitud ante esa dependencia con 15 días de anticipación, por lo cual se suspende el evento. Sin embargo aprovechándose de la desconvocatoria un grupo de filiados apadrinados por la patronal y el gobierno y en ese acto realizan una supuesta asamblea con los que llegaron engañados, ellos deciden convocar para dentro de ocho días y se reúnen solamente 337 trabajadores de los 1513 afiliados. En lo que denominan asamblea, votan a mano alzada por la concesión y nombran una nueva junta directiva, a pesar de ello 50 valientes votaron en contra de su propuesta, fue evidente que se violentaron descaradamente los estatutos que establecen las reglas para la convocatoria de Asambleas a cargo de la Junta Directiva y voto secreto entre otros.

El descaro patronal no tiene límites, Japdeva –la empresa estatal- es la que solicitó al Ministerio de Salud permiso para realizar la asamblea en una bodega de las instalaciones, y el Presidente Ejecutivo convoca a los asociados a la espuria asamblea. Desde luego la Casa Presidencia celebró públicamente las decisiones, invitó a los testaferros a compartir esa alegría junto a los medios de comunicación.

Las Centrales Sindicales de nuestro país no admitieron esta jugada táctica y se enfrentaron al Ministerio de Trabajo para exigirle garantías para la no inscripción de esa espuria asamblea, a lo cual se negó, obligando a los lideres sindicales a mantenerse en las instalaciones durante 6 días. Ahí durmiendo en las sillas de la oficina del Ministro, en mesas de una sala de sesiones y rodeados de la policía que desalojó a los funcionarios de esa dependencia, empezaron las negociaciones.

Sin embargo la posición gubernamental que solo admitía consignar el acuerdo la obligación del Ministerio de cumplir con la ley, argumentando que a la fecha no se habían presentado documentos de inscripción del grupo de los “malinches”, argumentos totalmente insuficiente para ganarse la confianza del movimiento sindical.

Se rompen las negociaciones y los ocupantes del edificio abandonamos las instalaciones custodiados por las fuerzas policiales.

Esta experiencia esta convirtiéndose en la base de un importante acercamiento de las diferentes corrientes sindicales, y puede que promueva la consolidación de la Coordinadora Unitaria Sindical, Magisterial y Comunal (CUSIMA) en la cual estamos el 80% del movimiento sindical y cinco de las centrales, facilitándose con eso el ingreso de la Central Social Juanito Mora.

Esta fue solo una pequeña batalla pero sus resultados tienen la posibilidad de lograr la unidad que desde unos 30 años no ha sido posible forjar en el movimiento sindical costarricense, plagado de desconfianza, rencillas e incluso actos de deslealtad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario