viernes, 19 de marzo de 2010

¿QUIÉN ES EL ENEMIGO?
Editorial


Sindicato de Empleados del PANI

El artículo con el titulo arriba indicado, que fue publicado en el periódico La Nación, el miércoles 17 de marzo del año en curso, resultó en un llamativo e intento tibio, pero ciertamente valiente, para presentar públicamente, una polémica crucial que nos atañe, en relación al resultante y cuestionado funcionamiento del PANI.

En otras palabras, es una referencia implícita al modelo económico y social imperante, es decir, la supremacía de la economía de mercado (capitalismo) forjado y sustentado, sobre la cimiente del más rancio neoliberalismo. De ahí, el espurio e histórico desenvolvimiento del PANI, de cara a la insuficiente asignación presupuestaria, que de paso, no podrá atribuírsele, alguna o nula intención criminal.

Cabe preguntarse: ¿A cuáles intereses obedece la mediática, para achacarle al PANI, alguna responsabilidad, en los graves casos de infanticidio? ¿Será sólo una cortina de humo, o un salto olímpico, para evitar el tratamiento meditado y profundo, de las verdaderas causas?

Llama la atención, que se mencione el resultado de la encuesta de opinión, relacionada con la percepción del cumplimiento del PANI, que sirvió poco, para la arremetida e inusitada reacción de la mediática sacrosanta. Más bien, provocó reacciones airadas de varios analistas, unas cargadas de sinceridad y otras, salpicadas por la máscara y la hipocresía.

Es curioso, dado que en el anterior editorial del SEPI, fue señalada la premisa, de que la llamada “opinión pública”, es calificable de madura e inmadura, y sobre el particular nos preguntamos: ¿De cuál opinión pública estamos hablando, para interpretar en su justa dimensión, los hechos que motivaron la denuncia pública? ¿Se tratará de la manipulada y silenciada, es decir, de aquella que es la mayoría, la que no tiene poder real de reaccionar; o de la otra opinión pública, que está impedida, pero en capacidad de reaccionar con conocimiento de causa, y por tanto, capaz de expresarse consciente y con sentido de responsabilidad, blindada contra la cuerda mediática, que busca que la ciudadanía en general, reaccione como papagayo?

Si se reconoce que cualquier discusión pública, promovida por la mediática del “pura vida”, es política, también es cierto, que cualquier discusión y decisión adoptada, en la casa del PANI, es imperiosamente política. Nadie puede pensar ingenuamente, que la actividad del PANI, bajo el liderato de las altas autoridades y las gerencias, es totalmente científica, apolítica y carente de articulación e influencia, de la política imperante, o más claramente, de la hegemonía política que ejerce el gobierno de turno.

Ateniéndonos a la realidad histórica, nos preguntamos: ¿Para qué traer a colación, las palabras del poeta Gilbrán, cuando desde hace montones de años, el hilo se rompió en el PANI, y aún seguimos, sin revisar el tejido y el telar institucional? ¿Qué pasará cuando se entronice el “firme y honesta”?

Sería importante, que a raíz de la reciente y espeluznante noticia, que informa de la matanza anual de 30 niños y niñas, se explique a profundidad. Por tal razón, nos preguntamos: ¿Por qué si se sabía acerca de la matanza, el tema se mantuvo fuera de la agenda nacional, sin considerar una socialización valiente, para exigir de los actores políticos y gerenciales del Estado, la adopción de medidas urgentes, tanto para la atención inmediata, como la oportuna y debida prevención, en tan grave lesión, de los derechos humanos de la niñez costarricense?

Si apenas estamos en la punta del iceberg, si seguimos con el presupuesto ridículo y pinche, tendríamos que preguntarnos con franqueza: ¿A quienes les toca hablar sin pelos en la lengua, para que le pongan el “cascabel al gato”? ¿Le corresponde a la mediática del “pura vida” o a las jerarquías y gerencias del PANI, con el cargo legal de la rectoría y protección, de los derechos de la niñez tica?

Por último: ¿Es tardía u oportuna la apelación filosófica de la “humildad”, o solo es apelable, a la luz de hechos criminales repudiables, para sacarla de la crista de ultratumba?

Ya es hora de unir conciencia y esfuerzo, para destrozar las barreras existentes; quitar con fuerza los obstáculos; romper decididamente, con toda forma complaciente, con el silencio conveniente, con la indiferencia, y todas aquellas manifestaciones, que conlleven un pobre e injusto cumplimiento de la ley.

Nos remitimos a las palabras de la insigne poeta: “LOS NIÑOS NO PUEDEN ESPERAR”

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