lunes, 8 de marzo de 2010

LA CAMISA DE LA DEMOCRACIA
LE QUEDO GRANDE A OSCAR ARIAS


“Candil de la calle, oscuridad de la casa”


Carlos José Cabezas Mora
SECRETARIO GENERAL
CENTRAL GENERAL DE TRABAJADORES


25 de febrero de 2010




Nos hemos quedamos boquiabiertos con el discurso pronunciado por Oscar Arias Sánchez Presidente de la República de Costa Rica en su última cumbre en la ciudad de Cancún en México, en este mensaje hace una crítica indirecta a aquellos gobiernos que utilizan la democracia para aniquilara la oposición.



Es sorprendente que mientras daba “lecciones de democracia” a Latinoamérica, su gobierno a través del Ministerio de Trabajo y la propia Casa Presidencial, se valía “de un mecanismo democrático, para subvertir las bases de la democracia”, pues ese es el caso del Sindicato de Japdeva.



Con una técnica burda y apoyados tanto por la representación patronal así como por la campaña anti sindical del Gobierno, aprovecha el grupo minoritario de maliches una asamblea desconvocada para convocar a otra para ocho días después, aprobando con cuatro gatos el cambio de junta directiva (violentando un debido proceso y los Estatuto que obligan a que sea la Junta Directiva legítima facultada para que convocar).



El Ministro de Trabajo y su dependencia, a pesar de auto alabarse como el paladín de la legalidad, se hace de la vista gorda y ignorando los requisitos insalvables de los Estatutos decide descaradamente darle la personería al grupo manipulador. Como muestra de tal aberración jurídica pregúntense ¿en cuál libro de actas el grupúsculo minoritario inscribió el acta de las asamblea? ¡en ninguno! pues como no son la junta directiva legítima no poseen el libro legal para asambleas que legaliza los actos acordados, cosa que cualquier estudiante de derecho confirmaría fácilmente.



Costa Rica es un país donde cualquier intento de crear sindicatos en el sector privado es aplastado inmediatamente, apenas tiene la oportunidad de destruir a un dirigente sindical es aprovechada, sin la menor vergüenza hasta se inventan argumentos, pregúntele a Luis Salas, Alicia Vargas y Orlando Barrantes todos dirigentes de la Central General de Trabajadores, y en busca de justicia deben pasar meses en el Ministerio de Trabajo y muchos años para que en definitiva se resuelva en los Tribunales Laborales.



Dejémonos de hipocresías don Oscar, nosotros que somos la oposición no tenemos garantías de poder ejércela, pues gracias al círculo de amigos que tiene, controla las instituciones públicas al mejor estilo de Gobierno de Honduras.



Es una lástima que el cuento de Pinocho sea solo eso pues de no serlo, en la cumbre el área de la mesa que le asignaron a usted y a Laura no habría sido suficiente.

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